Se crió en una chabola rodeado de sus abuelos analfabetos y
su madre sirvienta, es el periodista Martín Mucha, actual reportero de El Mundo. Consiguió ser quien es gracias
a su gran pasión por escribir, leer, y a sus grandes viajes, pues ha visitado más
de 50 países y hasta 200 ciudades, por todo ello decidió seguir
adelante y dedicarse a este mundo.
Martín Mucha |
“Escuchando a tu familia, a tus amigos, a las ciudades a las
que viajas, es así como encuentras buenos reportajes”, explica Mucha. El reportaje no es sólo con lo que él más
disfruta, sino que es el único género que sabe tratar, ya que lleva dedicándole
años y ha realizado todo tipo de temas sin importarle la distinta diversidad que
hay entre ellos. Martín define al reportaje como una esencia del periodismo que te permite tiempo, conocer, viajar,
buscar cantidad de voces, etcétera. A su
vez, cree que un reportaje no vale una vida, pues nada justifica una vida
humana y no sólo habla por él, sino por el resto de periodistas, ya que “todo periodista sabe que puede morir pero
trata de sobrevivir”.
Por otro lado, Martín no cree en la especialización, y más aún cuándo él ha disfrutado de trabajar en
todos los diferentes temas habidos y por haber. Para él un periodista tiene que
tener la habilidad de escribir todo, tiene
que estar capacitado con el conocimiento.
“Nunca hay que desperdiciar un medio”, por esto la seriedad para el periodista es algo muy importante que haya que
tener en todo momento en cuenta. Aún así, el periodismo ciudadano cree que es un gran problema para los futuros
periodistas y para el medio, pues resultaría demasiado aventurero llamarlo
periodismo, ya que a pesar de ser útil, corres el riesgo de encontrarte con
información la cual nunca ha sido contrastada. Martín insiste en su gran pasión
por esta profesión, pero si tuviese que decir algo que no le gusta es esto
mismo, cómo la prensa está siendo, en ocasiones, una prensa de rumores, al no contrastar las fuentes, y sin darse uno
cuenta, hace que esto se vaya multiplicando.
Tuvo la gran oportunidad de trabajar con Kapuscinski, con el que aprendió algo imprescindible para un
periodista, a pensar, pues el
periodismo es lo que uno mismo construye con los textos que escribe. “Periodismo es la capacidad de soñar”.
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