Buscar este blog

miércoles, 15 de febrero de 2012

Te anhelo…


     …Cuando mi corazón me pide que estés junto a mí, cuando una lágrima recorre todo mi rostro pensando en ti., cuando gozo de esperanza por un recibimiento con uno de tus besos rozando mi mejilla, recordándome en aquellos días de invierno lo fría que se hallaba mi nariz, cuando en lugar de recibirnos con besos nos recibías con canciones y serenatas, cuando pretendo verte reposado con tu baraja de cartas., te admiro por haber conseguido crear una gran rama familiar. Pretendo no llorar, pero me resulta difícil olvidar aquél rostro soñador y risueño, siempre con sentido del humor. Si un deseo pudiese concederme, no me lo pensaría dos veces, reclamaría volver a besar tú rugosa pero admirable cara, completándolo con uno de tus abrazos y una de tus risas. Por otro lado has de saber que en cierto modo te envidiamos, pues eres el gran ejemplo a seguir. 

     Mis recuerdos se remontan años atrás cuando era apenas una niña con toda una familia formada. Recuerdo bien los despertares de aquellos años, cuándo las muchachas acudíamos llenas de alegría a tu tálamo, confiando en una de tus caricias, tenías la certeza de que no partiríamos hasta que cada una de nosotras lo hubiese recibido. En mi momento de llegada a tu hogar, te hiciste con mi cariño y con el de todos los demás. Fuiste una persona muy importante para mí, pues no sólo eras el corazón de una gran familia, sino que figuraste como un padre, a pesar de esconder tu severidad hacia tus seis muchachos. Sé que mi deseo será inútil de conceder, por lo único que pido es volverte a ver en un futuro próximo y no tan lejano, pues tu rostro jamás olvidaré y segura estoy de que ese ansiado cariño se me otorgará tarde o temprano, pues ¿no es cierto que los sueños se cumplen? 

     En especial te anhelo por tu gran sentido del humor, tu alegría y simpatía, tu cariño y tu amistad, por todo lo que me diste, y por lo que nunca me dejarás de dar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario