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miércoles, 21 de marzo de 2012

"ES MUY IMPORTANTE UTILIZAR EL MISMO LENGUAJE”


‘Los menores’, un tema delicado que afecta a toda la sociedad, y sino que se lo digan a Emilio Calatayud, juez de menores de Granada desde 1988, quien acudió al Centro Universitario Villanueva para hablar sobre esta cuestión que está en boca de todos, y más ahora, que nuestro país va evolucionando y no sólo a nivel tecnológico.
Calatayud destaca en su manera de juzgar a los jóvenes ya que lo hace desde un punto de vista propio, partiendo de que es padre y ciudadano.  Su fin es buscar condenas acordes a los delitos cometidos, puesto que sólo el 80% de los menores que cometen delitos no son delincuentes. Todas las edades intermedias plantean problemas todos los días, y para Emilio todos somos responsables, pero en primer lugar se encuentra la célula madre de la sociedad, que en su opinión, es la familia. Esto se debe a que en la mayoría de los juicios que él ha tenido “la mayoría de las veces el problema son los padres”, puesto que con la llegada de la transición, según el andaluz, hemos pasado a ser amigos de nuestros hijos y eso es un gran problema para su educación, pues el principal deber de los niños es obedecer a sus padres mientras permanezcan bajo el mismo techo. Y es que en este país no tenemos término medio, ya que suena irónico pensar que en el único momento en el que valoramos a nuestros padres es cuando somos padres. Emilio se atrevió a dar consejos para criar un hijo delincuente, ahora bien, ese es trabajo de los padres, tanto a nivel económico, social, escolar y, sobre todo, familiar.
“Lo que ha pasado en este país es que no se habla del otro lado, no ha interesado hablar de derechos, este es el principal problema que argumenta Calatayud en su encuentro con los alumnos de Comunicación.  Para el juez, la ventaja que tiene la democracia es que las Cortes hacen las leyes y los jueces las aplican. Dos normas y problemas que surgen en la sociedad joven son por un lado, el ‘botellón’, quien el juez insiste en que es una droga y está prohibida consumirla por los menores de 18 años. Para el juez, resulta vergonzoso que seamos el primer país que consuma alcohol, pues “no lo exportamos, porque nos lo bebemos todo”, afirma entre risas el magistrado. Por otro lado, encontramos el Internet, que Emilio lo describe como una droga de la tecnología que si les castigas sin ello, les da el mono. Insiste en que hay que tener especial cuidado con las grabaciones y tentar a subirlo a las redes sociales, pues “no es un problema de agresión, sino de drogadicción”.


“Vamos a ser honestos. En España, ¿cuál de los presos está 20 años en prisión?”. Con esto el juez quiso recordar que la ley en nuestro país no es tan agresiva como lo es en otros países, pero conforme envejecemos, el tiempo va creciendo, y para un niño le pasará más lento la estancia en la cárcel que para un adulto. Es por esto, por lo que “la ley del menor no es tan blanda como se dice”. No quiso olvidar de mencionar lo cruel que es la cárcel, porque aquello no es la gloria por ser menores los que estén entre rejas, es más, en sus 24 años de profesión en los que ha condenado a 98 violaciones, 33 asesinatos y a más de 16.000 jóvenes, afirma que lo único que se escucha por las noches en los centros de internamiento son llantos de niños. No voces de violadores, ni de  asesinos”.
Finalmente, Calatayud quiso hacer mención de lo importante que es utilizar el mismo lenguaje, pues para ponerse de acuerdo es necesario hablar el mismo idioma, porque “cuando yo hablo de un joven mayor de edad me refiero a alguien que supere los 18 años, mientras que los médicos se refieren a los 12 o 13 años que es hasta dónde llega la pediatría”. 

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