Carlos
Soria, uno de los expertos más conocidos en nuestro país en Derechos de la
Información y en Ética y Deontología del Periodismo. Ha trabajado como asesor
en grandes medios prestigiosos como El Mundo. Hoy en día colabora en algún
máster pero no tiene una carga de docencia específica.
Carlos
Soria empieza su charla con una desmoralización, pues dice que es el momento
actual, es lo que está ocurriendo hoy en día, el miedo a trabajar bien, el
miedo al futuro de la profesión. En cuanto a la profesión, han dicho de todo
del periodismo y de muy distinta fama, empezando por “la instancia para resolver grandes y pequeños problemas” y
acabando por “Es un oficio de circo, poco
serio”. Hay muchos tipos de periodistas, se puede diferenciar un periodista
de raza y por otro lado, un periodista bufón. El periodista bufón, es al que
todos les ríen las gracias. “Yo no quiero que vosotros seáis bufones de nadie”,
nos dice Carlos Soria, haciendo hincapié en que los periodistas no bufones lo
tienen mucho más difícil.
Todos
estos planteamientos, quieren decir que estamos en una profesión en la que es
fundamental la pasión. Esta
profesión requiere la pasión de saber lo que pasa en la esfera pública, por qué
pasa y que viene después. Lo que Soria nos dice es que es la inteligencia
práctica que contribuye a iluminar las sombras maliciosas de la vida cotidiana.
Lo que debemos hacer es “intentar mejorar
el mundo, no solo describirlo”, insiste Soria. Pues pocos son los que
tienen la virtud de preguntar con elegancia una pregunta dura.
En
periodismo hay dos hipótesis, destacadas por Soria. La primera es que el
periodismo es una profesión en peligro de extinción, o que al menos está en una
profunda crisis de identidad. Esto no se debe por su antigüedad, que fue
alrededor de 1920, sino por asfixia y ciclones. El periodismo es una profesión
necesaria puesto que los periódicos son considerados como algo útil pero está
en declive. El perfil de los periodistas se ha desconfigurado, nosotros somos
la correa de transición. Hay que destacar que la profesionalidad y la capacidad
de hacer de correa no las tienen las redes sociales, se puede contar con ellas
hasta cierto punto.
Por
otro lado, está la hipótesis de que el periodismo debe cambiar y adaptarse, hay
que seguir a la gente para saber llegar a ellos. Soria destaca cuatro
revoluciones en este tipo de hipótesis. Una es que el cambio digital que es más
importante que la imprenta. Otra, la crisis mundial. Por otro lado destaca el
progresismo tecnológico, dónde la idea que es más importante la tecnología que
el contenido, cuando la tecnología es solo otro medio. Y por último cuándo
desde dentro de las empresas se están matando la autonomía redacional ya que no
puede ser que sea el marketing quien dirija la redacción.
Como
solución, Carlos Soria, dice que “no está
en la desesperación del periodismo, sino en el periodismo puro y duro, en el
Renacimiento del periodismo de verdad”. Solo entonces, si luchamos desde
nuestros filos, ganaremos a la crisis.
En
pocas palabras, EL PERIODISMO ES LA COSA
MÁS BELLA DEL MUNDO.